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FUNDADOR

El Dr. Celso Dias Neves, se destaca en el área cultural con diversos servicios prestados en defensa del Patrimonio de la Humanidad, actúa como Protector de la Casa Real de Mesoamérica; Miembro honorario del Instituto Canadiense de Ciencias, miembro del Consejo Internacional de Académicos de Ciencias, Letras y Artes; miembro de la Academia de Artes, Ciencias y Letras de Iguaba Grande, entre otros.

¡DE NIÑO DE LA CALLE A EMBAJADOR! No quisiera comenzar a escribir este simple homenaje citando un texto bíblico, sin embargo es imposible no hacerlo porque la obra de Dios, Esta Inteligencia Suprema, Causa Primaria de todas las cosas, es pública y notoria. ISAÍAS 43.13 Incluso antes de que existiera el día, YO SOY; y no hay nadie que pueda escapar de mi mano; Si actúo, ¿quién lo detendrá? El chico de la calle que intentaremos resumir su historia y su triste trayectoria, de hecho, ya estaba escrito en los Planes de Dios, que tendría que cruzar el Desierto, sufrir, aprender, madurar y desarrollar habilidades innatas para luego presentarse ante La sociedad como tal, que es hoy. Un hombre templado en el arduo líder, pero dotado de una inteligencia envidiable ante el sufrimiento vivido en la infancia, derivado del accidente y del coma prolongado. Aun así, sin darse cuenta, pareció absorber en su espíritu una de las Máximas citadas por Jesús, hablando en silencio en la caja acústica del alma; JUAN 16:33 - “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo”. LA SAGA DEL PRINCIPITO CALLEJERO Había una vez un niño llamado Celso Dias Neves. Celso Dias Neves, nació el día 28 de junio de 1955 a las 13:15 en el hospital y maternidad de Brás São Paulo, hijo de Consuelo Dias Neves y Carlos Dayton Neves, abuelos paternos Olavio Bastos Neves e Irene Weber Bastos Neves, abuelos maternos João Dias y Ricardina Rodrigues, parte de mi infancia viví en São Miguel Paulista, estando matriculado en el primer año de la escuela primaria en el Colégio Carlos Gomes, estudiando allí durante 90 días, hasta que la maestra me dio una nota para entregársela a mi Madre, por miedo lo escondí por mucho tiempo, hasta que me llamó la maestra, luego me obligaron a llevarme a mi mamá a la escuela, estaba temblando como un palo verde, la maestra me pidió que me calmara y Le dije a mi madre que solicitaría mi traslado al Colégio Dom Pedro II, porque el colegio en el que estaba tenía mis años de inteligencia más allá de mis años. Para tener una idea del nivel del Colégio Dom Pedro II, por cada lugar competían más de 200 alumnos, la inolvidable profesora Neusa me presentó a los alumnos, el primer día en ese colegio yo era súper tímida, Ya era tímido por naturaleza, le llevó más de una semana dejarse llevar y encajar. Viví durante años en la Rua Oscar Pedroso Horta, número 25, de mi casa al colegio, fue un paseo de media hora que disfruté de mi vida, ya que en el camino me encontré con mis compañeros, en el camino de regreso fui en sentido contrario. dirección, pasando detrás de la Matriz de San Miguel Arcángel. 1964 vino la revolución con muchas prohibiciones, católico ferviente, asistí a misa los domingos en un día como cualquier otro, regresé a casa, al pasar detrás de la iglesia escuché un fuerte ruido de un helicóptero FAB H1, un helicóptero fanático me detuve y lo vi descender lentamente hacia una cancha de fútbol de tierra, era el mediodía y media, aterrizó y el piloto me pidió que me fuera mientras dos oficiales se dirigían a la iglesia, el piloto me dijo que me fuera, no estaba. No iba, el niño testarudo, tardó mucho, hasta que regresaron los oficiales con el cura, noté su rostro con la cabeza gacha, subió al helicóptero, le pregunté a dónde iba, se quedó en silencio, lo activaron. la turbina con las puertas cerradas, al tocar la puerta sentí que algo malo estaba pasando, llorando lo vi emprender el vuelo y nunca más se volvió a ver al cura. En Vila Pedroso, donde vivía mi padre, era muy conocido, militante político, janista acérrimo, hacía amigos con mucha facilidad, hasta que lo invitaron a ser director del Olaria Futebol Clube, y a llegar al campo y a la sede del club. , solo había que bajar por Rua Xingú, cruzar la línea 10 minutos caminando, allí mi padre empezó una nueva etapa de su vida, revolucionando el club, dándole vida, empezó con los bailes, el carnaval y poco a poco fue colocando el club. En Segunda División fue destacable su presencia en el club. Espiritista por convicción, trabajaba en casa dos veces por semana atendiendo al público, hasta que perdió el control y comenzaron a descenderle todo tipo de ánimos de la izquierda pesada, un día llegó la noticia que nunca esperó, perdió su trabajo, con eso vino la pérdida de control de casa, sin trabajo durante meses, empezó a beber mucho, nos atacaba a mí y a mi madre por nada, en las primeras horas de la mañana incluso sin que él llamara, los izquierdistas violentos bajaban y tomaba mucho, en las primeras horas de la mañana me pedían pinga y me mandaban a la calle con todas las tiendas cerradas para buscar cachaza, estaba en la esquina de la calle donde vive y Av. São Paulo Rio. , a las seis de la mañana abría el bar del señor Manoel para preparar café para los primeros clientes y allí cogía la pinga y regresaba a casa, aún incorporado, llegaba porque tardaba mucho, fui testigo de escenas de terror, mi pobre mamá no soportaba estar de pie porque estaba tan cansada que aguantaba los insultos, esto duró mucho tiempo, mi salud mental no aguantó más, ya no era la misma en el colegio, un día llegué tan cansado que no sé de dónde lo saqué.

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